Tu abandono es la traición más cruel que mi corazón haya tenido que vivir.
No es tu abandono lo que más me duele, sino perder la ilusión que juntos habíamos construido.
Derrumbaste mis sueños como un huracán que arrasa con todo a su paso.
Me duele comprobar que mis sueños contigo nunca se parecieron a tus sueños conmigo.
Mientras yo te soñaba en mi futuro, tú construías un porvenir sin mi presencia.
La traición duele el doble porque ha venido de ti, la persona a quien yo más amaba.
No me quedan más lágrimas para llorarte, amor mío, por eso es que mis ojos sólo reflejan el vacío que dejaste.
Si tuvieras tan sólo una pulgada de corazón, te pediría una noche más para intentar convencerte de que lo nuestro vale la pena, pero me has demostrado que tienes una piedra en su lugar.
No puedo imaginarme un mundo sin ti, un camino si es que no lo transito a tu lado, un despertar si no es sobre tu piel.
Siempre que mire al futuro desolado sin ti en él, me quedará el consuelo de un ayer en el que te consideré la reina de mi existir.
Juntos construimos castillos imaginarios en los que viviríamos toda la vida, hoy me doy cuenta que estaban hechos de aire y de mentiras.
Cuando me encontraste, estabas sumido en la más profunda soledad, hoy después de haber probado la miel de mi amor, me dejas con esa desoladora soledad que yo te quité y con un puñado de sueños rotos.
Dediqué cada día de nuestra vida juntos a hacerte feliz, ahora tú te vas con esa felicidad y me dejas a mí en el más profundo y oscuro vacío.
Siempre me quedará el perfume de esta ciudad que fue testigo del amor que no pudo ser porque tu egoísmo se antepuso a nuestras ilusiones.
Llenaste mi vida de felicidad, pero ahora como un ladrón empacas todo y te la llevas contigo, dejándome a mí inmersa en la pena más profunda.
Soy el espectro de un puñado de sueños que no pudieron concretarse.
No estoy decepcionado de ti, sino de mí por haber confiado en ti.
No hubo nada más fácil que amar, pero no hay nada más difícil que olvidarte.
Para ti fue tan fácil prometer amor para siempre como lo es ahora partir llevándote mis ilusiones, pero para mí no hay nada más difícil que dejarte partir fingiendo indiferencia.
Trajiste la luz a mi vida, ahora te marchas y sólo me dejas el sabor amargo de haber amado a quien no se lo merecía.
Cuando me pregunten qué ha sido de ti, diré con la mejor sonrisa que tengo que te has ido lejos, pero por dentro estaré muriendo porque vuelvas.
Qué fácil resulta olvidarse de todo lo bueno cuando lo único que buscamos son excusas para dejar atrás una etapa, en la cual había una persona que nos amaba incluida.
Si tus acciones hubieran estado de acuerdo con tus palabras, hoy aún tendría mi corazón en una sola pieza.
